miércoles, 3 de noviembre de 2010

Venganza

Estaba atrapada, encerrada entre una pared y dos robustos brazos que formaban dos perfectas barreras, que aunque hubiese estado 100 años tratando de moverlos, no habría logrado hacerlo ni un centímetro.
La tormenta en el exterior se desataba con fuerza, los truenos y relámpagos eran constantes y fuertes, nadie la escucharía.
Pensó unos segundos ¿que haría?, no estaba asustada, si no, enojada, indignada. El frío que le proporcionaba su ropa húmeda la hacía temblar cada vez con más fuerza, pero su acompañante no pensó que fuera por eso.

- ¿Tienes miedo? dijo con una sonrisa en sus labios.
- De ti jamás, dijo firmemente.
- Deberías sopesar más tus palabras querida.

Con un rápido movimiento la tomó con una sola mano por la cintura elevándola hasta la altura de su rostro, ya que medía unos 20 cm más que ella.

- ¡Bájame! le ordenó mientras forcejeaba tratando de soltarse.
- No hasta que obtenga lo que vine a buscar.

El rostro de la joven pasó del rojo a una palidez extrema, sus temblores aumentaron bruscamente, pero esta vez no fue por el frío.

 - ¿Que es lo que quieres? logró articular con dificultad.
- Pues que va ser, dijo el con tono de "es lo mas obvio del mundo" - lo que quiero es mi venganza.

Con la mano libre sacó del rostro de la joven el cabello húmedo y altamente ondulado que lo cubría, luego lo tomó por la barbilla obligándola a mirarlo a los ojos.

- No te atrevas dijo ella tratando de parecer enojada.
- ¿Y quien lo va a impedir, tu? dijo el entre risas.

La furia que estaba siendo ahogada por lo nervios, creció nuevamente, su rostro volvió a tornarse rojo y su respiración se entrecorto.

 - ¡no creas que por que no.....!

 No pudo terminar la frase, fue silenciada por unos labios que se estamparon en los de ella, fuertes, rápidos, insistentes y deseosos.