viernes, 26 de noviembre de 2010

Malas noticias

Recién son las 8 de la mañana y ya estoy aquí...
Debería existir una ley que prohiba más de un acontecimiento inesperado desagradable, algo que nos proporcionara en pequeñas dosis las malas noticias.
no he dormido nada y ya tengo que levantarme, estúpido seminario de análisis...
la escoba en mi casa por la falta de criterio de una de las personas, que piensa en cualquier cosa, menos en el bienestar de su familia.
y lo peor de todo...abrir un correo e informarte de las terribles noticias de uno de tus seres más queridos....lamentablemente esta muy lejos, si no, habría dejado todo tirado para ir a verla.

Definitibamente, si que son malas noticias....pero como no existe una ley que evite que lleguen todas juntas, no queda más respirar y seguir adelante.....

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sin anestesia

Fui a santiago, a la fiesta de cumpleaños de un gran y querido amigo mío, vi a mis queridos compañeros y amigos del colegio, si que los hecho de menos.
Bueno, volvía a la ciudad donde estudio, mi tía me fue a buscar y conversamos de todo y de nada a la vez, de puras tonteras y cosas de la vida sin importancia.
Estábamos hablando del suavizante para la ropa que compro (de verdad que estábamos hablando de eso) y de repente suelta como si estuviese hablando del clima: "ha, por si, tu tío se va de esta casa, ya no va ha vivir con nosotras"....y yo plop.
Quede de una pieza, no me desconcertó que el se fuera de la casa, es algo que se veía venir, lo que me impresionó es que lo dijo de forma tan repentina y como que fuera un misero detalle, como estuviésemos conversando de lo que almorzó, de la ropa que le gusta o como en este caso, del nuevo suavizante para la ropa.
Me demoré un par de segundos en responder, por que ¿como reacciono?, ¿le digo” ha  ya, bueno saberlo" y punto? o ¿le pido explicaciones?, mi cara en ese par de segundos debió ser un verdadero poema, como dicen por que la mire como si le hubiese salido otra cabeza.
Pero a ¿quien se le ocurre decir algo así, sin previo aviso, sin un poco de anestesia?...a mi mamastra nada más, que jura que las cosas dichas así no nos afectaran...

domingo, 7 de noviembre de 2010

En blanco

La lluvia me despertó, lo primero que sentí fue un fuerte dolor en la pierna, no podía moverla, era como si me hubiesen enterrado un cuchillo en el medio del muslo, que al más mínimo movimiento sentía como laceraba cada vez mas mi piel y mis músculos.
Siento que alguien me habla, dice un nombre pero no lo reconozco como propio, miro hacia donde viene la voz, me encuentro con una muchacha sentada en la cama que se encontraba a mi lado, tenía el cabello largo, ojos cafés, tez blanca y una larga y esbelta figura.
La miro, tratando de adivinar que había preguntado, pero ese pensamiento se desvaneció rápidamente de mi mente ya que descubrí que tenía que responder otra pregunta mas importante ¿quien es?, no me atreví a preguntar en voz alta, así que sólo le dije que debía ir al baño.
Salgo de la pieza y cierro la puerta, miro y me encuentro en un pasillo con dos puertas a mi derecha y dos a mi izquierda ¿donde estoy?, me pregunto cuando me doy cuenta que no tengo idea donde esta el baño.
trato de caminar hacia algún lado, pero mi pierna adolorida me lo impide, hace que pierda mi equilibrio y que quede prácticamente sobre la ventana que se encuentra frente a la puerta.
Otra pregunta se sitúa en mi mente, la que esta vez acelera mi pulso y me hace temblar: ¿quien soy?, no recordaba mi nombre, mi rostro, donde estaba, en resumen:  me había olvidado de mi.
me sentí mareada, de un instante a otro todo me dio vueltas y mi respiración se agitó. Abrí la ventana y puse en ella todo mi peso, el aire húmedo y helado calmó un poco mi sensación de ahogo, pero por mas que tratara de recordar algo de mi, en mi mente solo había una cosa: nada, una habitación vacía, un papel en blanco.
la puerta que estaba detrás de mi se abrió bruscamente y de ella salió la joven.

- hoo, pensé que era el Zeus (un gato), ¿estas bien gabi?- me pregunta.

 Como una bomba comenzaron a llegar a mi los recuerdos cuando pronuncio ese nombre, mi cabeza tenía su propio pulso, por lo que me demore un poco en contestar.

- Si, sólo miraba la lluvia, digo como lo primero que viene a mi mente

- Si no lo recuerdas, desmemoriada, ibas al baño. Me dice con los ojos entrecerrados

- Es verdad, gracias por recordarme. Digo girando hacia la puerta del baño.

Una vez encerrada en el tocador, dejo salir mi nerviosismo. ¿que es lo que me pasa que hasta me olvido de mi?, sin siquiera percatarme me uno al cielo en su aguacero.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Venganza

Estaba atrapada, encerrada entre una pared y dos robustos brazos que formaban dos perfectas barreras, que aunque hubiese estado 100 años tratando de moverlos, no habría logrado hacerlo ni un centímetro.
La tormenta en el exterior se desataba con fuerza, los truenos y relámpagos eran constantes y fuertes, nadie la escucharía.
Pensó unos segundos ¿que haría?, no estaba asustada, si no, enojada, indignada. El frío que le proporcionaba su ropa húmeda la hacía temblar cada vez con más fuerza, pero su acompañante no pensó que fuera por eso.

- ¿Tienes miedo? dijo con una sonrisa en sus labios.
- De ti jamás, dijo firmemente.
- Deberías sopesar más tus palabras querida.

Con un rápido movimiento la tomó con una sola mano por la cintura elevándola hasta la altura de su rostro, ya que medía unos 20 cm más que ella.

- ¡Bájame! le ordenó mientras forcejeaba tratando de soltarse.
- No hasta que obtenga lo que vine a buscar.

El rostro de la joven pasó del rojo a una palidez extrema, sus temblores aumentaron bruscamente, pero esta vez no fue por el frío.

 - ¿Que es lo que quieres? logró articular con dificultad.
- Pues que va ser, dijo el con tono de "es lo mas obvio del mundo" - lo que quiero es mi venganza.

Con la mano libre sacó del rostro de la joven el cabello húmedo y altamente ondulado que lo cubría, luego lo tomó por la barbilla obligándola a mirarlo a los ojos.

- No te atrevas dijo ella tratando de parecer enojada.
- ¿Y quien lo va a impedir, tu? dijo el entre risas.

La furia que estaba siendo ahogada por lo nervios, creció nuevamente, su rostro volvió a tornarse rojo y su respiración se entrecorto.

 - ¡no creas que por que no.....!

 No pudo terminar la frase, fue silenciada por unos labios que se estamparon en los de ella, fuertes, rápidos, insistentes y deseosos.