domingo, 4 de julio de 2010

Piano

Existe un profundo silencio, el que solo es interrumpido por las respiraciones acompasadas que hay a mi alrededor, mis latidos parecen extremadamente audibles, llegando a molestar, provocando que entre en un estado de trance donde todo esta oscuro, nadie me oye. De pronto en un giro inesperado, el silencio se ve roto de manera abrupta, siendo desgarrado por un tecleo suave de un piano, las teclas van calmadas sobre una melodía que apenas recordaba. El sonido se va acelerando e intensificando a medida que pasan los minutos. Yo, al volver a la realidad que me congoja, me quedo sin aire, mi corazón se paraliza y por un instante, el tiempo se detiene.
De forma súbita todo vuelve a su ritmo, de manera acelerada para recuperar el tiempo perdido en ese instante eterno. Mi corazón comienza a golpear con fuerza, llegándome a lastimar, mi mente trabaja a esa misma velocidad, tanto fue el dolor que sin darme cuenta comienzo a llorar.
El piano se va acompañando de otros instrumentos, un violín, un chelo, una flauta traversa....van en aumento los compañeros del invasor del silencio, el sonido me atrapa en una burbuja irrompible, oleadas de sangre recorren mi cuerpo seguidos de indescriptibles estallidos de frío que parten desde la punta de mis pies y llegan a la cabeza.
Me dejo llevar, total ya nada importa, no importa el dolor que siento, nada significan mi alma y mis sentimientos quebrados, ni mi corazón acelerado queriendo salir de mi pecho, ni los espasmos que lentamente comienzan a apoderarse de mi cuerpo producto a la intromisión forzada a mi mente de la música, que me desnuda y me deja expuesta.
Solo en ese instante me doy cuenta que soy yo, solo yo en este lugar, las lágrimas recorren mis ojos de manera descontrolada seguidas de fuertes sollozos, el dolor se intensifica, me impide respirar, no me deja pensar en nada.... existe en mi sólo los rastros de la bomba que estalló hace unos instantes en mi interior, la que quemo todo, dejando mi carne viva, dolorosa ante el frío contacto del aire que apremian mis pulmones a ingresar a mi exigente sistema.
La música comienza a desvanecerse en el aire y poco a poco vuelvo a la realidad, con mis lesiones expuestas, visibles ante cualquiera.
Paso varios minutos tratando de recuperar mi compostura, recobrando la mascara que pongo ante los ojos de la gente.
La de la persona "alegre", "gruñona","risueña" y "calmada", la que indica que todo esta bien....

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